Entre el vivir y el sobrevivir

viernes, 14 de mayo de 2010

El alfil verde





Aparcó el puñetero coche como pudo en una esquina a tres calles de su portal. Aún sentía el picor en la nariz por aquella colonia masculina cara y seguramente comprada, con mal gusto, para la ocasión. Se alisó la falda, las medias y lo demás que el intento del salido de turno había logrado descolocar.

- Siempre igual -se dijo-. Al final lo intentan aunque parezca que no vayan a hacerlo. Todos lo mismo... Pero nada de nada, ha sido la primera cita. Besitos, algún toqueteo consentido, sin más, que luego entre ellos se lo cuentan todo y una podría coger la fama, y no se trata de eso.


Al entrar en casa se dio cuenta que amanecía. La puerta entreabierta de la habitación de su hijo le recordó que al mediodía tenía que recogerlo en casa de sus primos. La cocina estaba llena de cacharros sucios y con la basura de dos días. Se calentó agua en el microondas y se preparó un café instantáneo. Pensó en darse una ducha pero le dio pereza. "Lo haré luego, cuando me despierte".

Se dejó caer en el sofá, súbitamente cansada. Encendió el televisor y comprobó que ya habían empezado a emitir noticias: un par de asesinatos, accidentes, guerras, políticos y los deportes.

- Lo de siempre- suspiró exhalando humo.

Se dirigió a su habitación bostezando mientras se desprendía de pendientes, pulseras y otros complementos... La cama sin hacer, el espejo grande y el ordenador eran el panorama habitual de cada noche.

Encendió la pantalla del ordenador y vio, como esperaba, que él estaba conectado. El alfil verde perpetuo, sin duda la esperaba.

Recordó que al mediodía, antes de volver al trabajo, había estado media hora hablando con él por el messenger. Ya se lo tomaba como algo inevitable pero necesario para su conservación y supervivencia, como maquillarse, ir a baño o quitar el polvo de vez en cuando.

- Alguna vez lo puedo necesitar de nuevo -afirmó mirando su reflejo en el espejo.

Era esa, precisamente, la clave de muchas cosas.

Al levantarse ese largo viernes, había leído dos correos nocturnos que él le envió: uno plagado de lamentos habituales sobre su vida y otro algo más alegre. No los borró, pero tampoco los acabó de leer...como casi todos los días hacía con su profusa correspondencia.

Luego conversó con él distraidamente. El ponía largas reflexiones y la halagaba, le hablaba de sí mismo, de ella y de su futuro juntos. Las veces que miraba la pantalla, de reojo al tiempo que hablaba por el móvil, le contestaba con las apostillas de siempre...

- Sí, cariño....a mi también me sucede exactamente lo mismo contigo…

- No, yo tampoco lo puedo evitar, pero dame algo más de tiempo...

Antes de irse a trabajar se puso “sin conexión” y apagó la pantalla para no tener que volver a conectarse más tarde, de ese modo podría comprobar que él había estado hora a hora esperándola. Apretó los labios, abrió mucho los ojos con la satisfacción del trámite momentáneo cumplido, exhaló profundamente y salió hacia el despacho.

En la oficina estaba Juan Manuel, el nuevo fichaje que le tiraba los tejos. Seguramente las otras dos arpías le habrían hablado mal de ella, como había ocurrido en otras ocasiones, pero sabía que todas sus sospechas era capaz de borrarlas sólo con mirarlo y ponerle su carita de niña buena. "¡Qué inocentes son los hombres! O no ven lo evidente o las hormonas les nublan la mente". Era tan fácil sacar todo lo que se podía necesitar de ellos y luego fulminarlos con aquello de: “Yo no te di pie a nada…” “En algún momento creí sentir algo por ti por culpa de tu insistencia...” “Quedaremos como buenos amigos...”

Aquella noche la había invitado a cenar y luego al Tango. Aquel tipo tenía influencias en la central de Madrid porque venía recomendado. Sería cuestión, como otras veces, de sacarle algún secreto poco divulgado de su vida, de darle un poco de cancha, de mentirle con aquella mirada de admiración que tan bien interpretaba, para luego (quizá con alguna escapada de fin de semana incluida en el programa, a las montañas o a la costa, según la estación) tirar del anzuelo y obtener los frutos deseados.

Después del baile insinuante empezaron sus confesiones. Aquel era dócil. Luego los besitos y el aliento cercano, conjugando el alcohol con la clorofila urgente. Le acompañó hasta su casa. Nada nuevo, todo lo esperado.

Ese había sido su día.

Volvió a fijar la vista en el espejo y, ya sin maquillaje, se notó algo demacrada. Se preguntó cuánto tiempo podría mantener aquel ritmo sin tener que elegir alguno de ellos para siempre, o al menos para una época larga. Estaba cansada de tener que trabajar y pensaba en sus amigas, que ya no lo hacían, y las envidiaba. No había acabado de dar aún con el perfil adecuado y completo del candidato. Además, como último recurso, siempre le quedaba el del otro lado de la pantalla. La miró y sonrió al comprobar que el alfil verde seguía ahí.

Seguramente había permanecido ahí las quince horas que ella había estado fuera, una a una… Quizá se había ausentado nerviosamente alguna vez para comer o para otra cosa, pero no había ido muy lejos. Otra sonrisa, esta vez apoyando las manos en la mesa frente al teclado, y acariciando el ratón.

Tenía sueño. “Le concederé el tiempo de dos cigarrillos –decidió”. Movió el cursor y con un clic convirtió su muñequito rojo en verde y, humedeciéndose los labios, empezó a teclear:

– Qué sorpresa, cariño, no me podía dormir y vine a mirar si, por casualidad, estabas...

Al ver aparecer en la pantalla el emoticono de un beso no pudo reprimir una sonora carcajada...

Elu

4 comentarios:

Lapiz-0 dijo...

Jué

Elu dijo...

Lo he rehecho... no sé si está mejor o no, pero es lo que hay.

¿Asusta? No siempre iba a escribir contra los hombres... digo yo.

Líbrenos el Señor de encontrarnos con ellos-as (que haberlos-as los-as hay y peores)

Un beso

♪Vida♪ dijo...

"algunas" somos..son...muy malas...con lo facil que es elejir al hombre de tú Vida....agua que no has de beber dejala correr ..que alguna se la bebera jajaja ....ains toi "graciosilla hoy....

Bon Dia

Elu dijo...

Bon dia, Vida.

Como se suele decir: "de todo hay en la viña del Señor". Lo peor, siempre, es que luego pagan justos por pecadores...

(Ahora debería salir uno ocn sotana y soltar el sermón)

Pues nada, a seguir con el buen humor.

De momento el sol deslumbra, me pondré las gafas y saldré a admirar la primavera en todo su explendor.

Petonets