Entre el vivir y el sobrevivir

viernes, 23 de septiembre de 2011

Sin ti



Tu recuerdo es un carrusel de brazos fuertes elevándome hasta alcanzar el cielo...

- Vaya... otra meona.

Así recibiste mi llegada. Tú, que habías recopilado tesoros para quien estaba en camino. Las mejores chapas, las canicas de colores más vistosos y esos comics que escondías para que tu hermana menor no recortara... porque había de llegar el hermano que aguardabas con esperanza. Pero no, ya ves, fui yo quien se abrió camino en ese mundo que compartimos.

Te recuerdo alto y fuerte, con esa sonrisa perpetua cuando me mirabas, con tus manos que buscaban las mías, tan pequeñas a tu vista que ni los años pudieron cambiar la perspectiva. Porque siempre me viste como tu hermanita, esa niña dulce, ingenua a la que siempre querías proteger. Y yo te dejaba...

Me gustaba que me llevaras contigo al monte, allí, a veces solos, otras acompañados de amigos, aprendí a soñar. Recuerdo tus risas incontrolables cuando te contaba historias que imaginaba, recuerdo que no permitías que estuviera cerca de aquella carabina con la que matabas las ratas, desde la ventana... Recuerdo tus sorpresas en Reyes, tus regalos que siempre me ilusionaban, tus cuentos, tu cariño... Te recuerdo vivo...

... y ya no estás...

Porque fuiste mi luz en aquella niñez tan triste, mi apoyo de juventud, mi seguridad en la madurez. Siempre fuiste mi caballero andante y no puedo dejar de verte así...

... aún ahora que te apagaste demasiado pronto.

Y grito a la muerte en vano, me enfado con ese Dios que ni siquiera sé si existe... pero lo hago porque tú creías en él... "Menudo rojo que estás tú hecho"

Hay un tiempo para las alegrías, unos años en los que celebramos... desde hace ya un tiempo ya todo ha cambiado. Demasiadas muertes, demasiado dolor... siento que voy quedando en la estacada para llorar las pérdidas y servir de enterradora.

Y sin embargo, entre tanta lágrima sigo viéndote como el hombre fuerte y luchador, sigo sintiendo la alegría al contemplarte, la risa alocada mientras me hacías girar en esos brazos tuyos en los que siempre quería refugiarme...

... porque supiste hacerme sentir querida, protegida, comprendida...

... tu recuerdo es un carrusel de brazos fuertes que me elevan al cielo...

Tu hija, la luz que iluminaba más que nunca tus últimos años, me pidió que escribiera algo... quería que palabras escritas te acompañaran, y yo solo pude ponerte...

... siempre en mi corazón, mi querido caballero andante.

Elu



2 comentarios:

Paky dijo...

Volvemos ??? ke te parece ????

Elu dijo...

Pues me parece muy bien, Vida.

En realidad no me había ido... otra vez, andaba recuperando fuerzas después de la muerte de mi hermano.

La que ha de volver eres tú... y dejando la puerta abierta para que yo pueda dejar mis huellas.

Gusto leerte de nuevo...

Petonets