Entre el vivir y el sobrevivir

sábado, 22 de mayo de 2010

Vivir contigo




ELLA:

Hace mucho que decidí que la caja tonta nunca volvería a ser motivo de alejamiento, enfrentamientos o diferencias... mucho menos de discusión o recriminación. Lo tengo claro: si es tonta no merece la pena pelearse por ella.

Aún recuerdo a esa persona con la que convivía, su manía de apoderarse del mando y cambiarme la cadena cuando más concentrada estaba en algún programa, sobre todo si eran películas, y mis suspiros posteriores, un poco como si dijera "Ya te vale... podrías esperar al menos a los descansos" Claro que debería reconocer que más de una vez deseé golpearle con lo primero que tenía a mano (normalmente un cenicero de piedra) a ver si espabilaba de una vez y se daba por enterado.


Y aquí estoy descubriendo, después de mucho tiempo, tu tendencia a actuar de la misma forma.

- Cielo... hoy echan una peli independiente, es muy buena y me encantaría que la viéramos juntos.

Y yo, encandilada ante la perspectiva de compartirla contigo, me dejo llevar... aunque esté cansada y tenga unas ganas locas de decirte: "Que le den a la peli, cariño, estoy muerta y necesito estirarme. Al menos, podrías dejar que me tumbe en el sofá" Pero no, sólo te tiendo la mano, sonrío y veo la peli contigo; no es cuestión de malgastar una oportunidad de ver tu sonrisa de niño, tu mirada enternecida y feliz. Y es que yo también me siento un poco así, para qué negarlo.

Pero llega ese día en que una se encuentra tan pancha, contenta de tener un ratito para relajarse ante uno de los tantos filmes sin demasiadas pretensiones, pero que te liberan de tensiones. Y tú, cuando se va acercando el momento (para mí, evidentemente) culminante, descubres que la imagen no es lo suficientemente buena y decides buscar un nuevo canal.

-Vaya -me digo- no será capaz de dejarme a medias...

Pues sí, a ti te da por hacerte el entendido con el mando que, me temo, no tienes ni idea de usar. Y ¡dios! en pantalla sólo hay una sucesión de puntos y rayas, sin imagen, producto de la búsqueda automática, por supuesto.

-Mejor ahora que luego, a ver si encuentro un canal mejor -seguro que crees que lo haces por mi bien.

Y digo yo que si no te gusta la película, mejor me dejas a mí viéndola como está... que no me molestan las interferencias, mejor así que como termina la escena: yo preparando la lavadora y tú... tumbándote en el sofá. Porque esa es otra, a mi vuelta, estás medio dormido, cuan largo eres y con la mano en la barriguita (por decirlo... delicadamente, mejor el diminutivo,cariño). Y yo, con mi imaginación alterada, veo el puro en el cenicero (de los malos) y las cervezas tiradas por el suelo y la mesita. Y suspiro por no darte un zarandeo, y me meto aquí a contarle a esta hoja en blanco lo que mejor no te digo... porque intentarías llevarlo a tu terreno con un:

-Mira que eres teatrera, ¡pero si no se veía nada!

Y es que la vida contigo es como una montaña rusa. Aún no sé si estoy arriba la mayoría de las veces porque, y eso he de reconocerlo, sabes llevarme de la mano de forma que no toco el suelo.

Ya que hablo del suelo... ahora me acuerdo de cuando me dijiste:

- ¿Conocías la expresión "una mujer seca"? En referencia a esa que no puede engendrar.

- Pues sí, más bien se generaliza a la que no pudo o ya no puede tener hijos.

- Ya... no está mal, claro... Una mujer seca, árida, sin posibilidad de engendrar. ¿Te das cuenta? Es natural que un hombre deba relacionarse con mujeres mucho más jóvenes que él... porque nosotros seguimos siendo fecundos siempre.

- Mírate... hablando de las relaciones como si fueran encaminadas a la procreación. Acabo de descubrir que me he casado con un animal... y, para colmo, religioso.

Te ríes, sí... aunque al volante te concentres y me pidas que no te distraiga. Sé que, en el fondo, me ves como una personita simpática y con buenas salidas, siempre aisladas... porque la mitad de las veces estás inmerso en tus pensamientos y no te enteras. ¿Que soy cotorra? Bueno, algo de eso hay, ya lo sé, pero tú no te quedas corto, no en vano te llamé loro desde el principio.

¡Ay! Si es que no puede ser, esto de la convivencia es difícil. Si no fuera por lo maravillosa que puede llegar a ser, echaría a correr y no pararía hasta poner unos cuantos kilómetros por medio.

Vivir contigo es descubrir que la vida es una película donde te puedes sentir tanto la protagonista como la peor de las actrices secundarias. Arriba, abajo; luz, oscuridad... pero siempre envuelta en sentimientos. Vaya... que no me dejas indiferente.

Qué pena que no tenga tiempo de contarte más. Está sonando nuestra canción.

- ¿Bailamos?

Elu

3 comentarios:

♪Vida♪ dijo...

Exsactamente vivir con El....es como montar en la noria..párriba y pábajo...
Me alegro de leerte Elu
Petonets de cap de setmana

♪Vida♪ dijo...

(Hoy he amanecido con ganas de chinchar... igual es buena señal ¿no? )
Chincha....saca todo ...quizas sea bueno ^_^

Elu dijo...

Gracias, Vida... a ver si, en breve, puedo retomar los nuevos relatos. Es que tengo el cuerpo dolorido (fiebre, velocidad...) y la cabeza un tanto empanada (más de lo habitual)

Voy a arriesgarme a salir un rato, aunque los 30º y el sol radiante no creo que me sienten muy bien. De cualquier forma tengo ganas de estirar un poco los músculos... y a ver si saco un par de fotos.

Besos.