
Desde esta altura todo parece sencillo. Dejarse vencer por el vértigo, lanzarse al vacío y permitir que la gravedad haga el resto. Pero sé que lo difícil no es dejarse vencer y acabar ahora mismo, dejar de sufrir, acabar con la lucha... lo realmente complicado es vivir.
Y yo elijo seguir viviendo.
Supongo que por eso me dicen que soy una superviviente, cuando soy yo quien sabe la única verdad. No lo soy, porque este vivir mío no será más que una muerte en vida, porque sin amor siento que lo único que hago es esperar la muerte, porque ya nada tiene sentido...
Es curioso, pero sé que nadie lo notará. La mayoría no mira más allá. Respiras, caminas, comes, duermes... por lo tanto, vives. Pero no es así para mí. Es mi cuerpo el que realiza las funciones, mecánicamente cuando esa parte de mi cerebro, donde se alojan los sentimientos, está muerta sin amor. Supongo que algún día todo dejará de funcionar, quién sabe, puede que lo que creamos la vida es la muerte y sea la muerte la verdadera vida.
"El mundo es un poco menos malo porque tú existes" Aún recuerdo cuánto lloré cuando vi la película de Isabel Coixet, Mi vida sin mí, y escuché aquella frase. A mí me la dijeron antes de que el film se estrenara, antes de haber llegado a esta ventana de un Hotel cualquiera, de una ciudad que pudo ser la mía, a una situación que me ha llegado de sorpresa...
... o no tanto.
- Tengo algo que decirte -me decía Francisco, todo serio, en aquella ocasión, con el mar de fondo, en la Costa Brava.
- Bueno... menudos preámbulos, ¿desde cuándo das tantos rodeos? Llevas toda la noche en círculos y yo, siguiéndote, estoy ya algo mareada -le contesté.
- Ya... perdona, a veces las palabras no son suficientes, además, ya sabes que yo soy más de acción...
- Bien, pues adelante, tengo un café, un cigarrillo y a ti. Estoy preparada.
- Sabes cuánto me costó decidirme a dar pasos contigo, ¿pero sabes por qué?
- ¿Porque asusto? -intentaba que se relajara y lo conseguí, sonrió algo aliviado.
- Pues sí, pero no era porque me parecieras exigente, ni porque tuviera miedo (que también) a un nuevo dolor. Era porque a tu lado sentía que todo era mejor, incluso yo, y me asustaba pensar que pudiera ser un espejismo...
- Bueno... ¿y cuándo decidiste que no lo era, que yo podía ser la persona? -la verdad es que andaba perdida, pero intentaba seguir su camino.
- Lo supe siempre, creo, pero estuve seguro el día que descubrí que mi perspectiva del mundo había cambiado, cuando me levanté una mañana y me di cuenta que el mundo era un poco menos malo porque tú existías. Puede que la debilidad me embargue de nuevo, puede que la vida nos depare circunstancias adversas, pero sé que siempre estarás a mi lado y aunque alguna vez me falles, no será con esa intención. Por eso siempre te digo que debemos hablarlo todo, no dejar cabos sueltos que puedan formar ovillos de dudas, por eso te digo que las palabras no son suficientes y, a veces, necesito más un abrazo tuyo, o un beso...
- Por eso, a veces, tengo que mirarte a los ojos para saber que los necesitas... recuerda también que no soy vidente, que no leo tu pensamiento...
- Lo sé, perdona mis silencios...
- Pues hoy te estás luciendo - y solté la carcajada nerviosa, me estaba empezando a impacientar, pero quién no esperaba un poco ante aquel corazón que era mío...
- Bueno... creo que ha llegado el momento de decirte que, aunque nunca fuera lo que quisimos, ahora me gustaría...
- Vamos, acaba ya que ¡voy a empezar a saltar en la silla!
Y me miró fijamente, con aquella expresión reflexiva que empezaba a conocer en él, la expresión de "vale, admito ironías, bromas, pero... yo tengo algo importante que decir"
- ¿Quieres casarte conmigo?
Y sí, la vida nos regaló un tiempo de felicidad antes de que la Sra. Muerte se lo llevara de mi lado dejando un vacío desgarrador.
Él me dejó la esperanza, a pesar de la pérdida. Logró de mí lo que nunca pensé poseer. Me hizo fuerte ante el dolor, me entregó un amor con mayúsculas y permitió que yo entregara lo que era... y aún más. Me dejó con la idea de que, quizás, podría tener otra oportunidad.
Cuando conocí a Roberto todo pareció posible. Veía en sus ojos, cuando me miraba, la ilusión y la certeza de que todo el pasado dejaba de tener importancia para él. Observaba su luz, su ternura, su pasión... y me decía que él también sentía que la vida podía ser mejor para ambos, porque existíamos y nos habíamos encontrado.
No sé cuándo dejó de ser así... Puede que el momento en que descubrí que su mundo era peor porque yo estaba en él, o cuando sus ataques sin control comenzaron a minar mis ganas de luchar. Quizás todo terminó con sus mentiras, o con sus "te quiero" inconsecuentes. No sé cuándo fue, pero lo que sí sé es que me alejó de su lado en beneficio de un futuro donde yo no tenía cabida.
Y aquí estoy, en el lugar en el que debimos estar juntos, sola, enfrentándome al final. Pero he de ser consecuente. Entonces, cuando comenzamos la relación, yo aún creía que podía existir esa persona con la que compartir un futuro siempre incierto, pero sabía que sería la última oportunidad que me regalaría. Así que ahora sobran los reproches, ni a él, ni a mí. ¿De qué sirve pensar que me equivoqué tanto con él? ¿De qué las lágrimas que no puedo dejar de derramar? Estoy triste porque él no supo valorarme, pero aún más porque no apreció lo que teníamos; siento el tremendo dolor de saber que lo que yo creí era el todo, no ha resultado más que la nada... en una relación en la que sólo he amado yo.
Bien, todo se acabó, él lo ha querido así, y ya no tiene sentido preguntarme el porqué de sus actos, ni sus mentiras, ni sus humillaciones. No se puede luchar por algo que ya se ha perdido, pero mucho menos por algo que nunca existió.
Hasta aquí llega mi vida de Superviviente, el camino que queda es largo y penoso, un mundo sin amor...
Vaya, ahora el teléfono, si no la dejan a una tranquila.
- Hola...¿Qué tal estás? -ay... no he de olvidar que aún tengo alguna amiga que se preocupa por mí.
- Bien, una zombi no siente ¿no?
- Déjate de tonterías, tú nunca serás eso...
No voy a discutir, la sensación que tengo es mía y no tiene por qué entenderla nadie más que yo.
Hoy firmo mi Diario por última vez...
... hoy, que ya dejé de ser una Superviviente.
FIN- Diario de una Superviviente
Elu
2 comentarios:
Elu ...casi hace un año , que lo dejaste ..este seria un buen motivo para volver ..
Petonetsssss ..espero con impaciencia tu vuelta ;)
Sí, Vida... acabo de fijarme en la fecha. Un año ya o solo un año, qué relativo es el tiempo cuando se mira bajo diferentes perspectivas.
Me lo estoy planteando, no creas, y como tú dices, no sería mal momento para volver... Veremos cómo va la semana que viene. ;-)
Yo también espero seguir tus huellas.
Petonets! Y gracias por estar. :-)
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